En 1976 apareció en una finca llamada Betania la Santísima Virgen bajo la advocación de Reconciliadora de los Pueblos. Escogió para hacerse sentir a una sencilla mujer quien desde niña sintió el amor de Dios en su corazón y recibió comunicaciones del cielo. Le hablaban de una tierra santa en el centro norte de Venezuela que tendría un río, una cascada, una gruta y sería una tierra dulce. Allí se haría presente la Madre de Dios para todos sus hijos de Venezuela y del mundo que la vendrían a visitar buscando su asistencia e intercesión.
En 1984 la Madre de Dios se hizo visible a más de 108 personas y hoy en día la finca Betania es el Santuario Mariano Diocesano María, Reconciliadora de los Pueblos y su vidente principal María Esperanza Medrano de Bianchini es sierva de Dios.
"Hijos míos yo soy María, Virgen y Madre Reconciliadora de los Pueblos que vengo con mi Hijo en brazos para reconciliarles. Oh sublime esperanza la vuestra.”
El mensaje de la Virgen de Betania es claro y urgente en estos tiempos de grandes calamidades para el hombre que no ama a su prójimo y sólo se preocupa por sus intereses desmedidos caracterizados por el egoísmo y la falta de caridad hacia sus hermanos. Como expresa Mons. Pío Bello Ricardo en su Carta Pastoral entregada en Roma al Cardenal Ratzinger: “Si algo ha caracterizado a la humanidad en este último siglo y medio es el enguerrillamiento, la violencia, el odio entre personas, entre clases sociales y naciones, la división de corazones y de hechos, las guerras. Han surgido iniciativas por la paz y por la misión, y se han planificado al efecto acciones y organismos. Pero todos los planes han resultado ineficaces, porque sólo tocan la superficie de la vida humana, pero no llegan a la dimensión profunda de los corazones y las almas, allí donde germina, como efecto del pecado original, la semilla del odio y la división. En este mundo y en esta Iglesia se aparece la Santísima Virgen como Reconciliadora de los Pueblos, e insiste en el espíritu de solidaridad y mutua participación fraternal.”
La Virgen de Betania llega como un gran signo de esperanza
El mensaje de la Virgen de Betania es la esperanza de un mundo nuevo, de allí la importancia de que se esparza por el mundo a través de las 20 comunidades de Betania establecidas en tantos países, como dice el sacerdote norteamericano Timothy Byerley, vicepostulador de la causa de beatificación de la sierva de Dios María Esperanza de Bianchini: “Las sedes de Betania en otros países son una fuente de luz para un mundo que está dividido y necesita el mensaje de unión familiar y de reconciliación.”
Como expresaba la sierva de Dios María Esperanza: Sin reconciliación no puede haber paz en el mundo. La reconciliación devuelve la paz, la armonía, la unidad del género humano, que es la base primordial por la cual Jesús vino a la tierra para unirnos a todos y salvarnos con su preciosísima Sangre, dando su vida y dando de sí el ejemplo vivo del Cristo Resucitado.”
Mons. Freddy Fuenmayor, obispo de Los Teques, reitera por su parte el júbilo que produce visitar el Santuario de Betania donde se venera a la Madre de Dios bajo la advocación de Reconciliadora de los Pueblos: “María Madre de Misericordia, un lugar de gran importancia espiritual, donde acude tanta gente de Venezuela y el mundo para entregarse en las manos de la misericordia divina a través de María.”
El padre Juan Carlos Silva, de la parroquia Santa Rosalía, también comentó: “Tenemos que ser agradecidos a la providencia divina que nos ha manifestado un don a través de la Virgen Santísima mediante el cariz de la esperanza y de la reconciliación.”
El Sr. Geo Bianchini, viudo de la sierva de Dios y presidente de la Fundación Betania dice que evangelizar significa: “Transferir al corazón humano de todas las almas que encontremos en el camino ese amor divino que nos acompaña en todo momento; el amor del Padre, el amor del Hijo, el amor del Espíritu Santo, el amor de la Santísima Virgen la Madre de Jesús.”
El Santuario de Betania durante el 2016 fue Puerta Santa de la Misericordia. Este año que culmina se caracterizó por la misericordia gracias al papa Francisco que sigue invitando a sentir la esperanza en el corazón: “En nuestros días muchas personas se sienten asoladas, desanimadas por la violencia, las injusticias, los sufrimientos y las divisiones. Tienen la impresión de que el mal es más fuerte que todo”. Sin embargo, el santo padre les repite lo que él mismo escribió al término del Jubileo Extraordinario, en su Carta Apostólica Misericordia et Misera: “Es el tiempo de la misericordia para todos y cada uno, para que nadie piense que está fuera de la cercanía de Dios y de la potencia de su ternura.”
Tal y como la Santísima Virgen lo ha dicho a través de sus manifestaciones a su mensajera principal María Esperanza: “Hijitos, ¡cuánto os ama mi Divino Hijo! Él os invita a que entréis de lleno en nuestro Templo de la Naturaleza, para que los principios de amor, de docilidad humana y fervor cristiano les sirvan de guía. […] Enseñanzas éstas para comprender la esencia encerrada en sus Mandamientos de vida nueva, difundiendo así en todos los medios de comunicación que acudan atraídos y llenos de fe y humildad al Corazón de esta Madre a implorar su maternal protección. Os guardo.”
El Santuario de Betania está ubicado a doce kilómetros de Cúa, parroquia de Nuestra Señora del Rosario de la diócesis de Los Teques, distrito Urdaneta del estado Miranda, en la margen izquierda de la carretera que une esa población de los Valles del Tuy con San Casimiro en Venezuela. Abre sus puertas de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
Facebook, Intragram: Santuario de Betania, twitter: @s_betania_
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