La Universidad Central de Venezuela, sin duda la institución más antigua y fecunda de nuestro país, arriba hoy, 22 de diciembre, a la antesala de sus tres siglos de existencia

 

Son 299 años de una historia que encuentra sus orígenes más remotos en la creación de los Colegios Seminarios españoles en América en el año 1592, práctica que se haría realidad en Caracas a través del Colegio Seminario de Santa Rosa en 1674, verdadero vientre materno de la actual UCV.

A partir de esa experiencia, en 1721 el Seminario de Santa Rosa se transforma en Universidad, y un año después el Papa Inocencio XIII le concede el carácter de Pontificia. Así, tres años más tarde, en 1725, se firma el acta de instalación de la Real y Pontificia Universidad de Caracas.

Los objetivos primordiales tanto del Seminario como de la Real y Pontificia Universidad eran propagar la religión católica y la lealtad al Rey de España en sus colonias americanas, pero, irónicamente, en la capilla del antiguo seminario, ya para ese momento parte de la Universidad, se declaró la independencia de Venezuela, el 5 de julio de 1811, siendo buena parte de los firmantes de la correspondiente acta egresados de la universidad caraqueña. Es, indubitablemente, el nacimiento del espíritu libertario y rebelde que desde entonces ha caracterizado a la Universidad Central de Venezuela.

El 24 de junio de 1827, durante su última visita en vida a Caracas, el Libertador Simón Bolívar, junto al Dr. José María Vargas y José Rafael Revenga, firma los Estatutos Republicanos de la Universidad de Caracas, los cuales fueron redactados por los tres. Es el verdadero nacimiento de la actual UCV.

Durante los siguientes 100 años, la UCV graduó a los más importantes protagonistas de la sociedad venezolana, y se mantuvo activa casi sin interrupciones, con la excepción de los diez años transcurridos entre 1912 y 1922, cuando la dictadura de Juan Vicente Gómez la clausuró, para intentar, sin éxito, acallar el movimiento opositor que surgía de sus aulas. Como bien sabemos, esa intervención gomera no pudo evitar la insurgencia del movimiento estudiantil de 1928, el cual, a la postre, cambiaría la historia política de Venezuela.

La venezolana es una sociedad en la que, a lo largo de dos siglos de vida republicana, el estamento militar ha presionado y actuado permanentemente para mantener su hegemonía y sus privilegios sobre la población civil. Ha sido la nuestra una sociedad frágil desde la perspectiva del tejido social democrático y moderno. Está condición sociohistórica y sociocultural de la sociedad ha determinado, entre otras cosas, la existencia de una permanente tensión entre las universidades, entendidas no solo como centros de producción de conocimiento científico moderno, sino también como espacios para la formación de una cultura cívica y democrática, y los diferentes factores políticos que han controlado el poder y el aparato político-administrativo del Estado venezolano.

En este sentido, la historia de la UCV ha marchado de la mano con la del país. De las aulas de nuestra universidad salieron los jóvenes que lucharon en la batalla de La Victoria, así como varias generaciones de luchadores por la democracia.

Para la APUCV, que nuestra universidad arribe a sus 299 años de existencia en el 2020 tiene un muy particular significado. No cabe duda que las dos últimas décadas  han representado una de las etapas más duras en la historia de la UCV. Probablemente la más oscura de todos los tiempos. Como nunca antes, el poder del Estado ha sido puesto al servicio de la demolición de la educación superior, y si esto no era per se suficientemente malo, en los últimos tiempos hemos tenido unas  autoridades que solo en el discurso dicen defender la dignidad universitaria. 



Para la APUCV y para el Instituto de Previsión del Profesorado han sido tiempos de dura lucha, pero también de lealtad a los principios y valores ucevistas que le han dado sentido a nuestra existencia desde 1958. Han sido para nosotros tiempos de reafirmación de la historia y de la tradición de la UCV.

La universidad tiene como principal objetivo la búsqueda de la verdad con criterios científicos y éticos. Para que la educación pueda cumplir con su elevada misión social es imprescindible que ella sea auténticamente libre de cualquier poder distinto al poder del conocimiento. Por ello, la lucha por la autonomía universitaria es hoy más importante que nunca.

Precisamente por su naturaleza académica y formativa, la universidad tiene que ser un espacio para el encuentro respetuoso y fraterno de todas las corrientes del pensamiento humano, sin limitaciones externas de ningún tipo.

Al celebrar el aniversario 299 de nuestra querida UCV, su Asociación de Profesores saluda su eterno espíritu rebelde y libertario. Lo reivindicamos y declaramos que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que, llegado el momento de celebrar sus tres siglos de existencia, podamos hacerlo en el marco de una Venezuela libre y democrática, en la cual pueda funcionar una universidad verdaderamente autónoma y plural.

Junta Directiva de la APUCV, en Caracas, a los 21 días del mes de diciembre de 2020.

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